El Sol: fuente de múltiples energías
En la mayoría de nuestros posts hablamos del Sol, de la energía que este nos provee y del autoconsumo. Hoy en día, pero, utilizamos la luz del Sol de muchas otras formas, y la energía solar fotovoltaica no es la única opción para aprovechar la radiación del astro. En global, entendemos por energía solar la energía que se obtiene a partir de la radiación electromagnética del Sol, y se cataloga como energía renovable porque se obtiene de una fuente natural e inagotable.
La forma más habitual de captar esta energía es a través de células fotoeléctricas, helióstatos o colectores solares, que la acaban transformando en energía solar térmica o en energía solar fotovoltaica:
Tipos de energía solar
Energía solar fotovoltaica
Como sabemos, este tipo de energía consiste en obtener directamente electricidad a partir de la radiación solar que se capta. Esta es precisamente la función de los paneles solares fotovoltaicos, que cuentan con células de silicio que transforman la luz y el calor del Sol en electricidad. De hecho, este tipo de energía tiene aplicación tanto en ámbito doméstico como en ámbito industrial.
Lo cierto es que gracias a las placas solares fotovoltaicas se ha democratizado en gran medida el autoconsumo de energía. Así, cada vez hay más viviendas que producen su propia electricidad para el consumo propio.
Energía solar térmica
Esta tipología aprovecha la energía del Sol para producir calor, el cual se usa como fuente de energía tanto a nivel doméstico como a nivel industrial (igual que la fotovoltaica), transformándola en energía mecánica y, a partir de ella, en electricidad.
En el caso del ámbito doméstico, se trataría de una instalación solar térmica de baja temperatura, con una instalación que está formada por colectores o captadores solares instalados en el tejado o en una parte soleada del edificio. Así, en el edificio se podrá gozar de agua caliente y calefacción.
En el caso del ámbito industrial, se trataría de plantas termosolares o centrales térmicas solares, es decir, grandes extensiones de terreno con colectores de energía solar de alta temperatura. En estos casos, se opera a temperaturas superiores a 500ºC, y las instalaciones transforman la energía térmica en energía eléctrica para abastecer la red eléctrica tradicional.
Energía solar pasiva
Como hemos visto, en los dos casos anteriores se necesitan diversos tipos de instalaciones para captar y procesar la energía solar (por eso hablamos de energías solares activas). Con todo, también existe la posibilidad de aprovechar esta energía de forma pasiva, es decir, sin necesitar ningún mecanismo.
En este caso juega un papel fundamental la arquitectura bioclimática. Este concepto se refiere a un principio de diseño de edificios que tiene por objetivo utilizar la energía captada durante el día para mantener el edificio cálido durante la noche, o evitar el calor excesivo durante las horas de Sol más potente. En definitiva, se trata de una práctica antigua que adapta los edificios a la climatología de la zona donde se construyen.
SolarProfit, expertos en Sol
Cada vez son más los particulares y las empresas que apuestan por la energía solar fotovoltaica. Si tú también estás pensando en dar el paso hacia el autoconsumo, el equipo de SolarProfit te asesorará y te acompañará durante todos los trámites que se tienen que llevar a cabo para poner en marcha tu instalación.