¿Hacia dónde se orienta el futuro de la energía eléctrica?
Con la subida del precio de la luz de los últimos meses y los rumores sobre un apagón general se ha puesto en duda la idoneidad del sistema eléctrico actual. Al mismo tiempo, el cambio climático sigue formando parte del orden del día y cada vez es más necesario buscar alternativas que nos permitan obtener la energía que necesitamos, pero sin comprometer el futuro de nuestro planeta.
Últimamente se está empezando a hablar de las microredes, las cuales son pequeñas redes o circuitos que generan energía y que pueden funcionar autónomamente. Aunque en general también están conectadas a la red, la ventaja que aportan es que si esta falla y hay un apagón o una avería, la microred seguirá generando electricidad. Por tanto, pueden actuar como fuente de energía para incorporar a la red o como un medio para proporcionar servicios auxiliares que contribuyan a la estabilidad y regulación de la red principal. De hecho, la conectividad entre microredes permite plantear alternativas en la gestión de la energía ya que, por ejemplo, una microred con exceso de producción podría transferir energía a otra microred que tenga déficit de ella.
El Centro Nacional de Energías Renovables define las microredes de la siguiente forma:
Agregación de cargas y microgeneradores operando como un sistema único que provee tanto energía eléctrica como energía térmica.
Además, estos sistemas también pueden recibir energía procedente de placas solares o baterías y, por tanto, una microred se puede alimentar de fuentes de energías renovables. Así, con la adopción del sistema de microredes se podría incrementar la penetración de las energías renovables dentro del sistema de distribución.
El auge de su popularidad se debe al hecho que pueden cambiar el método con el que generamos energía, ya que se puede pasar de una producción de energía masiva en unos puntos clave a una electricidad más distribuida. Así, si se tuvieran que listar las ventajas de las microdredes, se debería destacar:
- Permiten al usuario seguir teniendo energía eléctrica cuando la red convencional deja de funcionar.
- Si se utilizan microdredes nutridas de fuentes de energía renovable como la solar fotovoltaica, se contribuye a la lucha contra el cambio climático y se reducen las emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera.
- Permiten una gestión más flexible de la generación intermitente de energías renovables para adaptarla al consumo variable.
- Son un método para producir energía eficiente y a bajo coste.
- Contribuyen a la mejora del funcionamiento y de la estabilidad de la red eléctrica general.
¿En qué consiste una microred?
Tal como indica el ya mencionado Centro Nacional de Energías Renovables, las microredes se componen básicamente de los siguientes elementos:
- Una red de distribución en baja tensión a la que se conectan una serie de fuentes de energía distribuidas para proporcionar electricidad y calor a un conjunto de consumidores.
- Una infraestructura de comunicación local.
- Un sistema jerárquico de control y gestión.
- Sistemas de almacenaje de energía.
- Controladores inteligentes para cargas y consumos.
Lo cierto es que, a pequeña escala, las microredes se pueden diseñar adaptándose a las necesidades energéticas específicas de cada usuario. Por ejemplo, la integración de vehículos eléctricos como puntos de recarga bidireccionales proporciona capacidad de almacenamiento eléctrico bidireccional. Por tanto, las microredes energéticas tienen un gran campo de aplicación.
La energía solar fotovoltaica como parte del cambio
Como se ha determinado, las placas solares y la energía solar fotovoltaica pueden jugar un papel clave en el modelo energético del futuro. El binomio microred y energía renovable representan una opción cada vez más atractiva para conseguir una red eléctrica más sostenible y segura. Además, la fotovoltaica también es un elemento importante de la descarbonización y de la adopción de un modelo de sociedad cada vez más respetuosa con el medio ambiente.
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