Todo lo que hay que saber en cuanto al mantenimiento de las placas solares
El mantenimiento y la limpieza de las placas solares son muy sencillos, pero a la vez muy importantes, ya que de estos factores depende el rendimiento de los paneles. Así, si llevamos a cabo un mantenimiento adecuado, conseguiremos garantizar la mayor producción fotovoltaica posible y, por lo tanto, la máxima rentabilidad de la instalación. Además, estaremos alargando la vida útil de las placas.
Mantenimiento preventivo
Por mantenimiento preventivo entendemos aquel mantenimiento que llevamos a cabo para evitar el deterioro prematuro de nuestra instalación. En este sentido, hay dos tareas principales.
En primer lugar, el mantenimiento del sistema de generación, que consistirá en comprobar con cierta periodicidad que no haya ningún objeto o suciedad que pueda dificultar el funcionamiento de las placas (como podrían ser, por ejemplo, los excrementos de las aves). Así, es muy positiva la instalación de BirdBlockers que impidan la acumulación de objetos y nidos bajo las placas. Además, también se deberán inspeccionar las posibles degradaciones de los paneles, es decir, comprobar que ninguno de ellos esté en mal estado y que la calidad de estos sea la adecuada.
Como afirmábamos, la limpieza de las placas es sencilla y se parece mucho a la que llevamos a cabo en los cristales de nuestra casa, ya que ambos materiales son muy similares. Principalmente necesitaremos agua tibia y una esponja o trapo que no dañe la superficie. Con todo, las placas no necesitan una limpieza exhaustiva y normalmente es suficiente si se limpian tres o cuatro veces al año (frecuencia que dependerá también de la cantidad de lluvia que caiga en la zona).
En segundo lugar, encontramos la comprobación de la estructura de soporte de los paneles. Como las estructuras se suelen construir con materiales resistentes, su mantenimiento puede ser mucho más puntual (una vez al año aproximadamente). En este caso, se trataría de comprobar posibles degradaciones o asegurarse que el estado de la fijación de los módulos en la estructura es el adecuado. También hace falta considerar el mantenimiento de otros elementos de la instalación, como la revisión del correcto funcionamiento del inversor.
En global, el mantenimiento preventivo siempre es la apuesta más segura, ya que nos permitirá evitar problemas y averías futuras. Con todo, el establecimiento de la frecuencia de mantenimiento depende de muchos factores, y se deben tener en cuenta las condiciones climáticas de la zona donde se encuentre la instalación. Por ejemplo, en las zonas donde es más común el polvo en suspensión, la suciedad se acumulará más y, por tanto, hará falta aumentar la frecuencia de mantenimiento y limpieza.
Además, es un tipo de mantenimiento tan sencillo que lo puede llevar a cabo el/la propietario/a de la instalación, aunque contratar una empresa externa que lo lleve a cabo es una opción igualmente válida.
Mantenimiento correctivo
Por mantenimiento correctivo entendemos aquel que se lleva a cabo cuando hay una parte de la instalación que necesita ser asistida, por eso es muy importante que este lo ejecuten profesionales cualificados. Así, serán ellos los encargados de reparar o sustituir una parte de la instalación cuando sea necesario. De hecho, aunque hay ocasiones en que es poco previsible el fallo de algún de los elementos de la instalación, el mantenimiento preventivo ayudará a reducir la cantidad de incidencias que pueden surgir a lo largo de los años. Si tienes dudas sobre esta cuestión, puedes preguntar al personal de SolarProfit sin ningún compromiso.