Apostar por las energías renovables como la fotovoltaica y la eólica ya es más barato en los Estados Unidos que utilizar carbón
Hoy en día ya resulta más caro mantener en funcionamiento el 99% de las centrales de carbón de los Estados Unidos que construir centrales solares o eólicas nuevas, tal como apunta un estudio de Energy Innovation que compara el coste del combustible, el funcionamiento y el mantenimiento de la flota de carbón del país con la construcción de nuevas centrales solares o eólicas desde cero.
Las plantas térmicas de carbón comportan, con su generación de electricidad, un 60% de las emisiones que se acumulan en la capa de ozono. Aunque en décadas pasadas había supuesto una cifra mucho más elevada, en 2021 ya se había reducido hasta el 55% a causa de la tendencia bajista en su utilización. De hecho, los puestos de trabajo derivados de la minería del carbón se han reducido a más de la mitad en la última década.
Con todo, el sector parecía que se reactivaba con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ya que provocó la subida del precio de la energía globalmente y, en especial, el del gas de origen ruso. Si bien es cierto que los expertos admiten que no se pueden cerrar todas las centrales de carbón de un día para otro, aseguran que se tienen que inutilizar progresivamente para mantener la fiabilidad de la red eléctrica y basar el modelo, así, en las energías renovables como la solar fotovoltaica.
El coste de implantar energía renovable, cada vez más bajo
La inversión que se tiene que llevar a cabo para instalar placas solares es cada vez más bajo gracias, en parte, a la optimización de su tecnología y al aumento de su popularidad. En concreto, en los Estados Unidos también ha jugado un papel fundamental la Ley de Reducción de la Inflación aprobada el pasado 2022, la cual representa la acción más potente para abordar la crisis climática en la historia del país norteamericano.
En nuestro país también se han dado importantes pasos hacia la descarbonización de la economía y de la sociedad en general. Un ejemplo claro es la derogación del conocido como impuesto al Sol el año 2018. Desde aquel momento, se marcó el inicio de una época marcada por la apuesta por la energía solar fotovoltaica tanto en el ámbito residencial como en el industrial. Además, a escala europea también se han puesto en marcha medidas como los fondos Next Generation, los cuales, entre otros aspectos, potencian la instalación de placas solares en los diferentes estados miembros.
En concreto, en Cataluña se realizaron más de 39.200 instalaciones de placas solares. Eso supone un récord desde que se tienen registros, ya que en 2021 se registraron unas 12.700 y en 2020, 5.800. Si se consultan registros más antiguos, se superaban por poco el centenar de instalaciones fotovoltaicas al año. Este auge, que se prevé que se seguirá acentuando en los próximos años, se debe tanto a las ayudas económicas que se ponen a disposición de los autoconsumidores como al aumento descontrolado del precio de la luz que se ha registrado, sobre todo, durante el último año.
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