Alexandre Edmond Becquerel y el efecto fotovoltaico
El aprovechamiento de la luz solar se remonta muchos años atrás, concretamente en la época romana. Los griegos ya diseñaban sus casas para aprovechar el máximo de luz solar posible, e incluso los romanos añadieron vidrio a las ventanas para así captar la luz solar de una forma más efectiva.
Sin embargo, hoy en día aprovechamos la luz solar para mucho más que eso. La invención de los paneles solares fotovoltaicos supuso un gran avance para el sector. Pero vayamos al origen de todo. ¿Sabes quién y cómo descubrió el efecto fotovoltaico?
Sus orígenes y referentes
El descubridor fue un joven francés de tan solo 19 años, llamado Alexandre Edmond Becquerel, perteneciente a una importante dinastía francesa. Alexandre contaba con un referente dentro del mundo de la ciencia, su padre Antoine-Cesar Becquerel, que fue considerado cofundador de la electroquímica. Además, el hijo del propio Alexandre, llamado Antoine-Henri Becquerel también siguió sus mismos pasos y se dedicó al mundo científico, e incluso ganó un Nobel de Física en 1903 junto al famoso matrimonio Curie.
¿Cómo fue el descubrimiento del efecto fotovoltaico?
Becquerel se centró en la investigación y experimentación con la luz y sus propiedades, así como en las reacciones químicas de ciertas sustancias expuestas a la luz. Es así como durante una de sus tardes de investigación estaba experimentando con una pila electrolítica sumergida en una sustancia de las mismas propiedades. En el año 1839, se dio cuenta tras varias pruebas de que, al exponer la pila a la luz del Sol, la corriente subía por uno de los electrodos. Este fue el pistoletazo de salida a un camino de investigación y experimentación que llevó a Becquerel a ser el descubridor de una tecnología que se encuentra hoy más que nunca en auge dentro de la sociedad, la tecnología fotovoltaica.
Un antes y un después en el ámbito de la energía solar
Como ya explicamos en otro post, la historia de la energía solar sigue su rumbo de la mano de otros investigadores que fueron incorporando mejoras a este efecto para así crear un artefacto que gracias al efecto fotovoltaico generara electricidad suficiente como para cubrir ciertas necesidades.
Alexandre siguió por el camino de la investigación, centrado inicialmente en el campo de la luminiscencia, posteriormente en el magnetismo y finalmente en la conductividad térmica de los gases. Publicó un tratado científico de la mano de su padre, y más tarde publicaría el libro “La lumiére, ses causes et ses effets” (La luz, sus causas y sus efectos), separado en dos volúmenes.
Tras el fallecimiento de su padre encabezó el Laboratorio de Física del Museo Nacional de Historia Natural, en Francia, y finalmente falleció a la edad de 71 años en su tierra natal, París.
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